El vicesecretario general la Resistencia islámica, Naim Qassem, calificó de violatorio de la Constitución lo sucedido en la sesión del Gobierno dedicada a debatir la partida presupuestaria.
Qassem señaló que nunca el presupuesto y sus enmiendas estuvieron en manos de los ministros ni tampoco abordaron temas pendientes que requerían de una votación de los reunidos.
Ante la prensa, Miqati anunció la aprobación del presupuesto sin que se hubiera decretado el fin de la sesión, denunció.
Por tal motivo, surgió una crisis de confianza entre Hizbulah y movimiento Amal con el primer ministro al estimar inaceptable e inconstitucional la actuación del jefe del Gobierno.
La versión digital del diario Al-Akhbar refirió que Miqati pasó de contrabando el presupuesto estatal, de cuya aprobación conoció el Consejo de Ministros por las redes sociales.
«Cuando comenzó la sesión, los asistentes carecían de copias del tema a discutir ni siquiera en las computadoras portátiles», comentó la publicación.
Según el periódico el viceprimer ministro Saade al-Shami preguntó: «¿Qué pasó con el presupuesto estatal?», al igual que los titulares de la cartera de Trabajo Mustafa Bayram y de Finanzas Youssef Khalil. Bayram declaró en una posterior entrevista por televisión que el presupuesto ni lo debatió ni aprobó el Ejecutivo.
Una opinión similar emitió el ministro de Obras Públicas Ali Hamiyeh, quien advirtió en declaraciones al canal Al Jadeed que en los próximos días adoptarán medidas sobre el tema.
Del presupuesto de 2022 depende la realización de las elecciones parlamentarias previstas para mayo venidero y el rejuego con el asunto del presupuesto, de acuerdo con la percepción de analistas, obedece a maniobras destinadas a aplazarlas.
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