Por esa región aparece el Parque Cristóbal Colón que incluye el mencionado Cayo.
Se trata del lugar por donde los investigadores determinaron que desembarcó el almirante el 28 de octubre de 1492, aunque algunos estudiosos lo pongan en duda, pero esa sería una descripción sencilla de un lugar con mucho más por contar.
La zona recrea tanto la estancia de los españoles de aquel momento, como –sobre todo- la presencia de los aborígenes Taínos, su cultura, tradiciones, los bailes religiosos, y todo ello mediante un cuerpo de danzantes con vestuario de ese entonces.
Por lo tanto, antes de la Covid-19 era un lugar sumamente frecuentado por los turistas, tanto locales como extranjeros.
El visitante podía toparse con una indígena que habla perfectamente inglés, y quizás otros idiomas, para señalar por dónde entraron las Naos de Colón.
Ese lugar es verdaderamente maravilloso, rodeado de mucho verdor y naturaleza virginal y con un parque monumental que recuerda el encuentro de las dos culturas.
Cayo Bariay se encuentra ubicado en la oriental provincia cubana de Holguín, una de las más turísticas del país, en la costa norte; un lugar indiscutible a visitar pues los expertos reiteran que Colón desembarcó por allí.
Este lugar lo recoge el navegante en su diario, con una mezcla de castellano rudimentario, italiano, portugués y catalán.
El paisaje se encuentra dominado por una llanura suavemente ondulada en dirección al norte y muy inclinada al sur, formada sobre rocas volcánicas donde predominan los procesos erosivos.
Por demás, el encuentro de las dos culturas es rememorado allí con un monumento conmemorativo erigido en 1992, en Punta de Sabaneta, con motivo del aniversario 500 de aquel extraordinario acontecimiento.
Ese monumento simboliza el Encuentro de dos Culturas, la europea compuesta por una ruina que representa el desarrollo de lo neoclásico y la aborigen, formada por réplicas de objetos, hechos por ellos, encontrados en excavaciones.
Los autores cubanos Miguel Ángel Esquivel, y Cosme Casals presentaron en ese lugar en su momento el libro Derrotero de Cristóbal Colón por la costa de Holguín, edición comentada de diferentes aspectos de esa ruta.
Casals comentó a este periodista, que dicho volumen trata sobre la zona, pues Bariay y sus paisajes se transformaron en componente de identidad, cultura y conocimiento universal.
Cayo Bariay devino bahía junto con la Bururú, que pertenecían a la costa norte de la villa de San Salvador de Bayamo, o conocida como las Tierras altas de Maniabón, pues no es hasta 1752 que pasa a formar parte de la jurisdicción de Holguín.
Para el biógrafo Antonio Núñez Jiménez (1923-1998), Bariay es la Casa de Colón, pues ese escenario simboliza la puerta que abre la ruta a la modernidad cubana.
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