La pesquisa incluye la búsqueda de sustancias que podrían ser dañinas para los humanos, comunicaron las autoridades.
El pasado 17 de febrero un grupo de trabajadores inspeccionaban el depósito de agua cuando visualizaron los artefactos explosivos sin detonar junto a dos grandes tambores de metal.
Balas de rifle y balas de plomo oxidadas conformaban el peligroso botín retirado de inmediato por miembros de las Fuerzas de Autodefensa de Japón.
Según divulgó la prefectura de Okinawa las armas, por sus dimensiones y propiedades físicas, podrían pertenecer al ejército estadounidense.
Además, el Área de Almacenamiento de Municiones de Kadena, una de las instalaciones militares de Estados Unidos en la región, ocupa una gran franja de las áreas boscosas que rodean la presa Kurashiki.
La estructura hidráulica es la mayor de su tipo en la isla japonesa, destinada a satisfacer las necesidades de agua del territorio.
De acuerdo con reportes locales, desde 1972 hasta la fecha se han detonado en Okinawa alrededor de dos mil 94 toneladas de municiones, trasladadas al lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
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