No voy a retroceder por mantenerme en el cargo, dijo al ratificar su denuncia contra la conservadora titular del Legislativo, María del Carmen Alva, por violación constitucional.
Según Chávez, Alva cometió la infracción al coordinar con legisladores derechistas cambios legales con nombre propio -lo que es ilegal- para vacar (destituir) al presidente Pedro Castillo.
Indicó que si su posición incomodara al Ejecutivo, “no tengo ningún problema” en renunciar, pese a que fue ratificada en el despacho de Trabajo en dos renovaciones magisteriales de las últimas semanas.
El retiro de las denuncias y la posible ratificación congresal del nuevo gabinete ministerial, el 8 de marzo próximo, están previstos en la tregua anunciada por Alva y el vocero de la bancada del partido gobernante, Perú Libre, Waldemar Cerrón.
Tras el acuerdo, el primer ministro, Aníbal Torres, pidió disculpas por acusar a Alva y los legisladores de oposición dura, de complotar para dar un golpe de Estado parlamentario y dio por hecho que la ministra Chávez dialogaría y retiraría la denuncia.
La titular de Trabajo dijo que no retirará la acusación aunque se lo pida el papa Francisco e igual posición mantiene contra la denuncia formulada contra la legisladora de extrema derecha Patricia Chirinos, quien en un foro político en Estados Unidos pidió ayuda contra lo que llamó gobierno comunista de Perú.
Chávez indicó que desde hace meses exhorta a la oposición de abandonar actitudes radicales contra el Gobierno y asumir una posición de consenso y contribución a la gobernabilidad, pero su prédica fue rechazada y nadie puede ahora cuestionarla por no retirar la acusación contra Alva.
La tregua política acordada enfrenta, además, críticas o incredulidad en amplios sectores, incluyendo a la bancada de Perú Libre, que cuestionó el acuerdo y coincidió con Chávez en negarse a dejar sin efecto una denuncia constitucional y una moción de censura contra Alva como presidenta del Congreso.
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