El vicepresidente del Consejo Ejecutivo de la autodenominada Resistencia islámica, Ali Damoush, confirmó que hay muchos proyectos para mitigar las repercusiones de la crisis socioeconómica del país.
“Hizbulah adopta ese lema que ratifica sus dos líneas de trabajo, resistencia y servicio al pueblo”, apuntó.
El movimiento no puede con todos los problemas, pero contribuyó con decenas de centros de salud y gastó millones de dólares para comprar combustible, alimentos y otros beneficios durante el último año.
No es propaganda electoral, explicó, sino un deber con el pueblo que no escatima con su apoyo a la protección del país, subrayó.
A juicio de Damoush, Estados Unidos y sus aliados intentan profundizar el deterioro del país con medidas coercitivas y asedio, mientras respaldan a los corruptos que condujeron a la bancarrota libanesa de hoy.
El directivo de la Resistencia islámica indicó que entretanto las distracciones por rivalidades políticas y pujas electorales, Hizbulah acumula capacidades para anular las amenazas de Israel.
Una muestra de ese alcance, dijo, deriva del episodio del dron Hassan que en una misión de reconocimiento sobrevoló durante 40 minutos y 70 kilómetros en la profundidad de la Palestina ocupada y regresó íntegro a su base.
“Es una prueba de las capacidades militares y operativas frente al enemigo y un anuncio de la magnitud de lo que puede esperar en caso de una agresión contra Líbano”, subrayó.
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