Según el canciller federal Olaf Scholz, el gobierno alemán tomó la decisión como respuesta a la decisión de Rusia de reconocer a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, destacó este miércoles la agencia de noticias DPA.
Esta decisión es contraria a lo que siempre defendió Berlín respecto al gasoducto, que incluso resistió por mucho tiempo la presión de Estados Unidos y de algunos países europeos que se oponían a la obra energética.
Washington alega que la construcción de otro ducto para llevar gas natural de Rusia a Alemania incrementa la dependencia del continente del suministro energético ruso.
Alemania cubre alrededor de una cuarta parte de sus necesidades energéticas con gas natural, un porcentaje que se incrementará en los próximos años coincidiendo con el cierre de sus tres últimas plantas nucleares y con el abandono del uso del carbón.
Aproximadamente la mitad del gas natural utilizado en Alemania procede de Rusia.
car/gfa