Esa investigación que contempla hasta métodos de criminalística corre a cargo de la empresa neoyorkina Álvarez & Marsal, con interrupciones ante la reticencia de que salgan a la luz maniobras ilegales.
En septiembre de 2020 comenzó la labor de la entidad estadounidense, pero a los dos meses se detuvo, porque los directivos alegaron el secreto bancario para no entregar de datos.
Se espera que la evaluación finalice la próxima semana y hay mínimas esperanzas de que sean creíbles las conclusiones, apuntó un despacho de la Agencia Nacional de Noticias.
Según especialistas, es poco probable que la investigación confirme los vínculos de la élite gobernante libanesa con la corrupción y malos manejos causantes de la actual peor crisis económica del país en décadas.
Tales expertos dudan de la efectividad de la pesquisa por los términos del contrato y el límite de tiempo dado a la empresa neoyorkina para su trabajo.
oda/arc