Según el informe Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) de Perú, el tema fue tratado en una reunión encabezada por el presidente de ese organismo, Ricardo Soberón, y el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas del Ministerio de Gobierno de Bolivia, Jaime Mamani.
La cita se realizó en la ciudad peruana de Puno, capital de la región del mismo nombre, fronteriza con Bolivia y en el marco de las comisiones mixtas bilaterales de Cooperación en Materia de Desarrollo Alternativo, prevención del consumo, rehabilitación y control del tráfico ilícito de drogas y delitos conexos.
Los participantes hicieron un diagnóstico del narcotráfico en las regiones de frontera entre Perú y Bolivia, por vías aérea, terrestre, fluvial y lacustre.
También sobre la interdicción al narcotráfico, con especial énfasis en el tráfico ilícito de sustancias controladas usadas en la producción de droga y el establecimiento de oficiales de enlace antidrogas de la policía peruana antidrogas (Dirandro) y el Centro Regional de Inteligencia Antinarcóticos (Cerian) de Bolivia.
Las partes se comprometieron a fomentar la cooperación entre los Ministerios Públicos de ambos estados.
El titular de Devida comentó durante el encuentro que el problema del narcotráfico tras la pandemia de Covid-19 plantea una situación compleja para todos los países, sobre todo los de América del Sur.
“Somos conscientes que hay un problema de demanda internacional, en el que ni Bolivia ni Perú tienen control o manejo y ese debe ser un punto de acción multilateral en la lucha contra el crimen organizado a nivel global”, aseveró Soberón.
El viceministro Mamani, por su parte, apuntó que “el narcotráfico es un problema global y debe resolverse desde una mirada integral y conjunta”, destacó la importancia de la reunión y reafirmó la voluntad política de su país de enfrentar al narcotráfico.
En la reunión participaron también autores políticos y militares de ambos países.
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