El oriente del archipiélago cubano está cargado de posibilidades para quienes pasan vacaciones de manera activa.
Tal afirmación la corrobora mucha gente que ya visitó lugares capaces de dejar una huella en el visitante, mediante fotos, pero sobre todo en la memoria.
Uno de esos lugares que prácticamente conmociona a los europeos, muchos españoles incluidos, es Cayo Saetía, a donde se arriba de preferencia por mar, en un viaje de dos horas que permite un disfrute visual de la península del Ramón.
Cayo Saetía (también Sae-Tia) es una isla de 42 kilómetros cuadrados, tiene sus bellos escenarios en la región este de este país.
Se encuentra a 120 kilómetros al sureste de Holguín, entre la bahía de Nipe y el océano Atlántico, pero sus playas, y la variedad de la vegetación crea las delicias de los más exigentes turistas.
La tierra está conectada por un puente de control de animales, pero ese sería un viaje bastante largo, por lo que es mejor navegar.
Bajo el auspicio del Grupo de Turismo Gaviota, este lugar maravilloso se puede visitar en busca de playas vírgenes, y la posibilidad de acceder a un recorrido en jeep o camión que permite observar la fauna del lugar, compuesta por ciervos, búfalos y hasta algunas avestruces.
Por demás, la comida es excelente en un ranchón de playa que acoge a quienes se pasan un día en el lugar, disfrutando de la naturaleza.
Los planes del Ministerio de Turismo (Mintur) de Cuba tienen a 19 mil habitaciones para un futuro próximo en la península de Ramón, unido al paisaje que acompaña al viaje hacia ese Cayo.
Pero en el lugar ya existen atractivos suficientes para que muchas personas lleguen a esta isla, solo para recorrer a la provincia de Holguín y pasarla bien en lugares como el que nos ocupa.
Para los directivos de la Villa Cayo Saetía, se trata de un inmejorable paraje.
Los guías turísticos señalan que el cayo está enclavado en la parte norte oriental del municipio de Mayarí, en la mencionada provincia y abarca cinco formaciones boscosas.
Esas alineaciones están integradas de conjunto con la explotación y el desarrollo de las especies exóticas, algunas de ellas introducidas en el país desde el extranjero con un cuidado medioambiental.
Menciona 14 especies como es el caso de cebras, dromedarios, venados antílopes, búfalos, que se adaptaron perfectamente al entorno.
Muchas de ellas llegaron de la India y África para permitir en este parque natural recorridos mediantes vehículos apropiados.
Para ello ya existe una villa de cuatro estrellas con 12 habitaciones, en un paraje recóndito, pero que facilita tanto estos viajes y paseos, como caminatas, o la práctica de otras modalidades como es el caso del buceo y el snorkeling, pues por allí hay mucha agua y fondos bellos.
El Grupo Gaviota, que administra tanto la villa como las excursiones, tiene ofertas de safari a través de las praderas del lugar, paseos a caballo, en lancha y propuestas gastronómicas tradicionales, y exóticas.
Como eje, está La Playa del Cristo, con un rancho de balneario y a donde se llega en catamarán, a veces –según como este la marea- obligando a mojarse hasta la cintura para desembarcar, lo que otorga un toque de distinción al viaje.
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