El 16 de febrero Sandaogo Damiba fue designado presidente y jefe de las Fuerzas Armadas, unos dos meses después de liderar la asonada que derrocó al mandatario Marc Christian Kabore, criticado por su ineficacia frente a los ataques de grupos islamistas en este país de África occidental.
La víspera el flamante jefe de Estado rubricó la carta transicional, según la cual, en el plazo de 36 meses serán convocadas elecciones generales para el retorno de Burkina Faso a un gobierno constitucional, seis meses más de los propuestos por la comisión encargada de elaborar el programa a esos efectos.
El proceso transicional establece, entre varios puntos, que el actual presidente no será elegible para cargos nacionales, nacionales, legislativos o municipales, y estará supervisados por un parlamento de 71 miembros y un gabinete de 25 funcionarios, encabezado por un primer ministro civil.
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