Según publicó en su más reciente edición el periódico Sierra Maestra, las jóvenes alcanzaron ese sueño al cabo de 11 años de intentos y gracias a un amigo en su rol de donante solidario y por vía alternativa, fuera de la red sanitaria institucional.
El principal obstáculo enfrentado fue la ausencia de opciones para estos casos en el Centro de Atención a la Pareja Infértil en el Hospital Provincial Juan Bruno Zayas y en ámbitos del Programa Materno Infantil, explicaron al rotativo.
Indicaron que ante la expectativa con la aprobación y posterior aplicación de ese cuerpo legal, declinaron el ofrecimiento del padre biológico para reconocer a la criatura porque esperan hacerlo como la familia amorosa y funcional que son, cuando así quede estipulado.
Aclararon que las autoridades médicas a las cuales acudieron en pos de tener descendencia les indicaron que cuando se tomen las decisiones legales pertinentes, entonces serán determinados los protocolos para estas parejas del mismo sexo.
Ellas confesaron a la publicación los cambios que el bebé ha traído a sus vidas, dadas las exigencias propias de los primeros meses de vida y las nuevas rutinas cotidianas de ellas derivadas.
Con desenfado y naturalidad ambas asumen su condición sexual y aunque desconocen los detalles prácticos de las normativas contenidas en el proyecto que en su versión 24 se debate hasta el próximo 30 de abril en consulta popular en los barrios, están esperanzadas en el beneficio que implicarán.
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