Las autoridades emitieron advertencias de fuertes lluvias y vientos para un tramo de 400 kilómetros de la costa a medida que los niveles del agua aumentaron rápidamente, incluso en los suburbios de Sydney, la ciudad más grande de la nación.
La tormenta ha hecho estragos desde Queensland hasta Nueva Gales del Sur, a medida que los ríos y embalses se desbordaron y dejaron casas inundadas hasta los techos.
No obstante, la urbe de cinco millones de personas se benefició con un sistema de baja presión asentado a cientos de kilómetros que atrajo la lluvia más intensa en esa área y evitó un daño mayor.
Los temores eran mayúsculos luego que la represa de Warragamba, que suministra el 80 por ciento del agua de Sydney, se desbordó desde la madrugada del miércoles.
Una portavoz de la oficina de meteorología de Nueva Gales del Sur dijo que de todos modos todavía se están produciendo inundaciones importantes en algunas áreas al oeste de la ciudad a lo largo de los ríos Hawkesbury y Nepean, que serpentean a través de sus suburbios.
Funcionarios de Nueva Gales del Sur dijeron que enviaron 400 personas adicionales a esa región para ayudar en la limpieza y recuperación de los asentamientos afectados.
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