Al grito de “¡Ni uno más!”, los manifestantes exigieron al Gobierno del presidente Joe Biden que cumpla su promesa de trazar una política migratoria justa y humana.
De acuerdo con medios locales, las familias afectadas por las deportaciones ofrecieron charlas sobre sus historias personales.
Fue el caso de Cristal Rojas, una ciudadana estadounidense a la que le deportaron a su madre cuando ella tenía apenas cinco años.
“Han pasado 16 años desde que deportaron a mi mamá. Ahora me voy a graduar y ella no va poder estar a mi lado”, expresó la estudiante.
Los manifestantes exigieron a la Administración demócrata que libere a los más de 18 mil inmigrantes detenidos en cárceles del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Es imperdonable que Biden mantenga la narrativa de su antecesor Donald Trump. No es justo que mantenga a miles de inmigrantes detenidos, mientras pueden seguir sus procesos en libertad, dijo Isaías Guerrero, vocero de FIRM Action, organización que convocó las protestas.
En la capital, Washington D.C., los activistas se aglomeraron frente a las las oficinas del Servicio de Control de Inmigración.
Según el Centro Pew, cuatro de cada 10 latinos (el 39 por ciento de esa comunidad) en Estados Unidos dicen que les preocupa que ellos, un familiar o alguien cercano a ellos puedan ser deportados.
En una encuesta reciente, el centro detecto que la preocupación es aun mayor entre los inmigrantes hispanos, el 51 por ciento, y latinos nacidos en Estados Unidos, 28 por ciento.
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