La oficina del PT en la ciudad de Campinas, al noroeste del estado de Sao Paulo, fue objeto de un atentado el miércoles por la noche. Por segunda vez, en menos de un mes, resultó invadida y depredada.
En una nota firmada, la presidenta de la organización, Gleisi Hoffmann, asegura que el partido «advierte de la creciente violencia política que pretende amenazar el proceso electoral. No nos callaremos ante acciones de este tipo, estimuladas por el odio instalado en el país».
Denuncia que «esta vez el nivel de depredación y odio demuestra una escalada de violencia contra el partido, amenazando la democracia. Los equipos electrónicos, el cableado y los bienes quedaron seriamente destruidos».
Ante la repetición del ataque, el PT exige que las autoridades investiguen los hechos e inmediatamente las responsabilidades de lo ocurrido.
Para Hoffmann, «los que actualmente ostentan el poder deben someterse a la voluntad popular en las urnas. Apostar por cualquier otra solución no hará sino ahondar aún más en su derrota».
En enero, la sede partidista en Campinas fue asaltada y saqueada, y se destrozaron los cristales de las ventanas. En ese momento no se robó nada, lo cual hizo sospechar que la motivación del acto era política. Ahora fue totalmente desvalijada.
A través de las redes sociales, la concejala Paolla Miguel también llamó la atención sobre el hecho de que la incursión ocurrió precisamente en un año electoral.
«Estamos a meses de las elecciones más importantes de nuestra historia reciente, con (el expresidente Luiz Inácio) Lula (da Silva) y el PT por delante en las encuestas», refirió.
Afirmó que el mandatario Jair Bolsonaro «está desmoralizado y radicalizado, impugnando las urnas y el proceso electoral antes de que se produzca. La violencia política ha salido de la cuneta», recalcó.
Por su parte, el presidente del PT en Campinas, Carlos Orfei, señaló que «no podemos creer que se trate de una simple invasión con la intención de robar objetos».
Demandó una «investigación rigurosa de este crimen que, al ocurrir en una sede de partido, es un ataque a la democracia en sí mismo. No nos dejaremos intimidar», escribió.
Tras recuperar sus derechos políticos, Lula encabeza todas las encuestas de opinión rumbo a las justas comiciales de octubre en las que espera reelegirse Bolsonaro y llegar al poder el exjuez Sérgio Moro.
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