La elección presidencial que dio ganador al candidato del opositor Partido del Poder Popular fue la más reñida desde que el país tuvo su primera elección democrática en 1987, con un margen apenas del 0,8 por ciento, o sea, 265 mil votos.
Según especialistas, los electores votaron por Yoon, no por su popularidad, sino porque estaban molestos con la creciente desigualdad de ingresos y el alto desempleo juvenil, así como con las relaciones con la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
El exfiscal general y novato político aprovechó la desilusión de los votantes por la escalada de los precios de la vivienda, la profundización de la desigualdad y los escándalos que involucran a los ayudantes de Moon Jae-in.
La labor del actual gobierno fue muy criticada también con respecto a la pandemia de Covid-19, pues luego de un buen comienzo los electores consideran que no fue bien manejada.
El debate en el plano internacional es si Yoon adoptará una línea dura con la RPDC, como lo hicieron sus predecesores conservadores, o decide cambiar la estrategia.
En un artículo para la revista estadounidense Foreign Affairs, Yoon dejó en claro que solo después de que esté desnuclearizada la península se puede hablar de cooperación económica.
La gestión de la administración saliente fue de aparente diálogo, pero los ejercicios conjuntos con Estados Unidos empañaron la relación bilateral.
En el aire sigue todavía la declaración oficial para poner fin a la Guerra de Corea (1950-1953), aspecto que vio Pyongyang con buenos ojos, pero al final nada se concretó.
Otro aspecto que puede enturbiar la diplomacia es el deseo anunciado de Yoon de estrechar la cooperación de defensa con Estados Unidos y redesplegar armas nucleares tácticas en Surcorea, a un costo de más de mil millones de dólares.
De concretarse, solamente darían la razón a la RPDC, que se ha quejado constantemente de «doble rasero» con respecto a los desarrollos de misiles, pues los de Seúl son considerados como defensivos mientras que los de Pyongyang no.
El pedido de despliegues adicionales de baterías de Defensa de Área de Gran Altitud podría dañar también las relaciones con China, precisamente cuando Seúl necesita su ayuda para reiniciar el diálogo intercoreano y mantener la estabilidad regional.
Especialistas consideran que Yoon no mejorará las relaciones intercoreanas como lo intentó Moon, pero tiene el poder de no empeorarlas.
Precisamente, el partido del presidente saliente se apresuró a reagruparse este viernes cuando su liderazgo renunció en masa después de su devastadora derrota electoral.
Todo el equipo de liderazgo del Partido Demócrata renunció el jueves, asumiendo la responsabilidad del resultado, y había signos de discordia entre sus afiliados.
A pesar de la derrota, los demócratas mantendrán su sólida mayoría en el parlamento unicameral de 300 escaños hasta las próximas elecciones en 2024, lo que significa que su apoyo es esencial para que Yoon tome decisiones importantes.
Por tanto, el exfiscal famoso por su batalla anticorrupción todavía tiene un arduo trabajo para conformar su agenda antes de convertirse en el decimotercer presidente de Surcorea.
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