El impacto llega a esas zonas muy evolucionadas del cerebro que sustentan la inteligencia general, explican los expertos en un artículo aparecido en la revista Journal of Neuroscience.
Los científicos explican que en el centro de todas las demencias hay un síntoma central, que es que cuando las cosas cambian o se producen de forma inesperada, a las personas les resulta muy difícil ubicarse.
Demostraron que los daños en las zonas del cerebro conocidas como redes de demanda múltiple se asociaban a una reducción de la respuesta posterior.
Dicho entramado está ubicado tanto en la parte delantera como en la trasera del cerebro, son áreas sin tareas específicas, sino que participan en la inteligencia general, por ejemplo, en la resolución de problemas.
Aprecian los científicos que son muy evolucionadas y sólo se encuentran en los seres humanos, los primates y los animales más inteligentes.
Son estas redes –señalan los especialistas- las que nos permiten ser flexibles en el entorno.
Aseguran los científicos que una persona puede mirar una foto y distinguir inmediatamente las caras y escoger inmediatamente la información relevante, mientras que alguien con demencia mirará esa escena un poco más al azar y no escogerá inmediatamente lo que es importante.
Los expertos aconsejan tomarse más tiempo para señalarles los cambios a las personas con demencia. Se les debe indicar que se va a empezar a hablar de algo o se va hacer algo diferente.
Una vez hecho el cambio se le repite para que el cerebro del paciente reconozca la nueva situación.
Existen varios tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer y la demencia frontotemporal, que se caracterizan por la acumulación de diferentes proteínas tóxicas en distintas partes del cerebro.
Esto significa que los síntomas de la demencia varían y pueden incluir problemas de memoria, habla, comportamiento o visión.
Empero se observa en todos los tipos es la dificultad para responder a situaciones inesperadas, puntualiza la literatura especializada.
jha/joe