El proceso de elección arrancó en septiembre de 2021 con la convocatoria y si bien podría pensarse en un acto netamente académico, la incidencia política de la USAC convierte el puesto en un apetecible botín para grupos de poder.
La prestigiosa Casa de Estudios tiene representación en 65 instancias, incluidos dos magistrados de la Corte de Constitucionalidad, un dato que refleja la actual lucha a pocos días de comenzar la primera fase, el venidero 23 de marzo.
El contexto ahora, apuntan expertos, enrarece aún más el ambiente universitario, pues su anterior rector Murphy Paiz, se vio obligado a renunciar al cargo en 2021, tras su detención por el caso de corrupción Comisiones Paralelas 2022, una investigación relacionada con la elección de magistrados a Corte Suprema de Justicia y de Apelaciones.
También por tráfico de influencias está detenido su antecesor Estuardo Gálvez, una herencia que pende cual Espada de Damocles y parece alcanzar a uno de los seis candidatos, el decano de la facultad de Humanidades.
Preferido de la alianza oficialista en el poder, Walter Mazariegos ya aparece como blanco de señalamientos de colectivos universitarios y organizaciones sociales por su onerosa campaña.
De acuerdo con el colectivo S.O.S. USAC, integrado por estudiantes, catedráticos y egresados, Mazariegos utiliza mecanismos administrativos para apoyar su proselitista con fondos universitarios.
Una serie de modificaciones presupuestarias recientes tendrían como fin ayudar en la promoción del decano de Humanidades para futuro rector, denunció recientemente Eduardo Velásquez, integrante S.O.S. USAC.
«Lo que si sabemos internamente es que la caja chica creció en un millón de quetzales desde el año pasado», indicó a medios de prensa, que señalan este desembolso como el primer pago político que tendrá que devolver si llega al cargo.
En los pasillos universitarios también se comenta sobre aparentes acciones relacionadas con el nepotismo, porque presuntamente varios familiares de Mazariegos gozan de empleo con jugosos salarios dentro de la universidad.
Una sonada fiesta en el parqueo de la sede pública, la pasada semana, disparó más las sospechas, que también se expanden hasta el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Luis Suárez.
Otros candidatos, como el actual Procurador de los Derechos Humanos Jordán Rodas, divulgan su compromiso de trabajo sin tanta bulla, porque los respaldan avales como el prestigio y la ética.
El 23 de marzo, será la elección de cuerpos electorales por parte de los colegios profesionales (14) y las unidades académicas (10 facultades), una metodología que genera críticas por excluir a los centros regionales y las escuelas no facultativas, el 52 por ciento del total de estudiantes.
Posteriormente, estos órganos propondrán a los candidatos y la votación final ocurrirá el 27 de abril en el Museo de la Universidad.
Aunque aún falta un buen tramo por recorrer, en su editorial de este viernes, el medio digital La Hora apuntó que «la elección del Rector Magnífico de la San Carlos es otro festín para la corrupción».
Resulta impresionante -detalló el medio- la forma en que algunos candidatos gastan a manos llenas para ir comprando los votos de aquellos electores que ya se acostumbraron a ser parte de una jugada que ha deteriorado el nivel de la universidad nacional a extremos nunca antes vistos.
«La USAC vive ahora momentos críticos por la elección del nuevo Rector en medio de un proceso que, como las elecciones nacionales, está amañado para asfaltar el camino a los corruptos», alertó, con una convocatoria a la ciudadanía a estar con los ojos bien abiertos.
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