“No se trata de Ucrania. Es la culminación del curso que Occidente ha seguido desde principios de los años 90, después que quedó claro que Rusia no sería obediente y tiene su propia opinión”, dijo el canciller en el concurso Líderes de Rusia.
Destacó que la nación euroasiática y su pueblo cuentan con su propia historia, tradiciones y con su propia visión de cómo garantizar su seguridad e intereses en el mundo.
En su intervención, el jefe de la diplomacia rusa manifestó que las garantías del presidente de Ucrania, Vladímir Zelensky, de que no apoya a los neonazis divergen de sus acciones reales.
“Para gran pesar y vergüenza, el presidente Zelensky pregunta que cómo puede ser acusado de nazi cuando es de origen judío, y lo dice en los días en que Ucrania se retira desafiante del acuerdo sobre la protección de los monumentos a los héroes de la Gran Guerra Patria, dentro del marco de la Comunidad de Estados Independientes”, dijo.
Para Lavrov resulta muy difícil tomar en serio la política del liderazgo ucraniano cuando su mandatario patrocina personalmente tales tendencias.
Expresó su esperanza de que la operación militar en Ucrania termine con la firma de documentos integrales que incluyan un acuerdo sobre el estatuto neutral de ese país con garantías de seguridad.
Recordó que Moscú entregó a Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sus propuestas en materia de seguridad, pero Occidente no reaccionó a los puntos referentes a Ucrania y dicha organización.
“En este contexto, cuando comenzaron ya los bombardeos, que claramente sirvieron de preparativos para acciones de combate en Donbass, no tuvimos otra opción para proteger al pueblo ruso en Ucrania”, advirtió en referencia a la operación militar rusa.
Asimismo, el titular de Asuntos Exteriores calificó de “legítimos” las prioridades que planteó Moscú en el marco de la operación.
En un discurso para informar sobre el inicio de la operación el pasado 24 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Más adelante, se refirió a la necesidad del reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia por parte de las autoridades ucranianas y el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado.
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