La actual crisis petrolera, generada por la guerra en Ucrania, coloca a la nación asiática frente a la necesidad urgente de introducir energías renovables como fuente de energía local hacia la descarbonización, destacó el titular de la cartera, Koichi Hagiuda.
El ejecutivo nipón revisará los criterios selectivos vigentes, en aras de favorecer a las empresas que primero soliciten la utilización de zonas marinas para instalar plantas eólicas y producir electricidad durante un período máximo de 30 años.
“Esto también es vital para garantizar la seguridad energética», declaró la víspera Hagiuda, en conferencia de prensa.
El poderoso terremoto y tsunami de 2011 devino un duro golpe para la autosuficiencia energética de Japón debido al colapso de la central nuclear de Fukushima y la paralización de otros reactores en el país. La energía atómica representaba hasta ese momento cerca del 30 por ciento de la matriz eléctrica nacional.
Tras el desastre y dada los escasos recursos energéticos propios, los japoneses aumentaron significativamente la importación de petróleo y gas natural licuado para suplir la demanda interna por parte de la industria, el transporte y el sector domiciliar.
No obstante, Tokio anunció su compromiso de llegar a cero emisiones de dióxido de carbono para 2050, a partir de la explotación de fuentes renovables como la hidráulica, la solar, la eólica, la biomasa y la geotérmica.
El gobierno japonés mantiene además sus perspectivas de recuperar la producción de energía nuclear y contempla otras fuentes alternativas con mira a la descarbonización, entre las cuales figuran la térmica y el hidrógeno. Este última probada con éxito en el sector del transporte.
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