El informe elaborado por una coalición de medio centenar de organizaciones sociales, ecológicas y sindicales, el alza del 54 por ciento que impondrán las compañías proveedoras de energía con el beneplácito del ente regulador estatal afectará a por lo menos dos millones y medio de hogares donde hay menores de edad.
De acuerdo con el estudio, se considera que una familia sufre de pobreza energética cuando tiene que dedicar el 10 por ciento de sus ingresos para pagar las facturas de electricidad y gas.
El nuevo tope de precios que se impondrá a los proveedores desde el 1 de abril significa que unos 22 millones de familias tendrán que pagar 693 libras esterlinas (940 dólares) más cada año por ese servicio.
En total, la tarifa anual subirá hasta los dos mil 670 dólares durante la primavera y el verano, pero podría aumentar aún más en octubre, cuando el regulador público de la energía revise de nuevo los precios.
Aunque el gobierno anunció que los consumidores afectados recibirán hasta 200 libras (271 dólares) en préstamos para ayudarles a pagar las facturas, la Coalición contra la Pobreza Energética considera que la ayuda debe incluir un plan a largo plazo para mejorar la eficiencia energética en las viviendas e invertir en las fuentes renovables de energía.
Al margen del aumento en el costo de la electricidad y el gas, los británicos tendrán que afrontar a partir de abril un incremento del impuesto municipal sobre la vivienda y deberán aportar 1,25 por ciento más a la seguridad social.
Las autoridades atribuyeron la situación a la tendencia alcista de los precios globales del petróleo y gas y más recientemente al impacto del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
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