El grupo de trabajo gubernamental presentó un paquete de medidas para reforzar los protocolos en las zonas de mayor actividad sísmica, al noreste del país asiático, con énfasis en la capacitación de los civiles ante situaciones de emergencia.
Las propuestas centran su atención en los lugares más fríos, donde las temperaturas bajo cero podrían obstaculizar las faenas de rescate y salvamento.
En tal sentido, conciben el establecimiento de rutas de evacuación con techo y paredes para evitar el cúmulo de nieve y hielo, habitual en las carreteras.
Si el siniestro ocurriera en invierno, los especialistas advierten que alrededor de 42 mil residentes enfrentarían riesgo de muerte por hipotermia.
A propósito, recomiendan la construcción de instalaciones con calefacción y ropa apropiada para recibir a los evacuados.
En cuanto a las zonas bajas de difícil acceso, los miembros del Consejo Central de Gestión de Desastres consideran que sería mejor reubicar las residencias en terrenos más altos en vez de movilizar a las personas en automóvil hacia lugares seguros.
A modo de alerta y de acuerdo con el informe, la poca resistencia sísmica de unos 220 mil edificios, ubicados en la extensa área comprendida entre la prefectura de Hokkaido y la de Chiba, podrían destruirse tras el impacto de un mega temblor como el de 2011, seguido por un tsunami con olas de hasta 30 metros de altura.
Los posibles escenarios recogidos en el documento oficial pretenden salvar vidas ante la recurrencia de eventos naturales con desenlaces fatales en la nación. Hace once años el Gran Terremoto del Este dejó un saldo de 15 mil 800 personas fallecidas, seis mil 100 heridos y cerca de dos mil 500 desaparecidos.
acl/lcp