En conversaciones con el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, el alto funcionario indicó que la confirmación de tales pretensiones se reflejó en la votación de ayer sobre la resolución presentada por Moscú ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Lavrov expresó que la aprobación de la propuesta de su país hubiera resuelto muchos problemas sobre el terreno que también afronta el equipo de la CICR en Ucrania.
Subrayó que las autoridades rusas están interesadas en resolver los problemas humanitarios en Ucrania, se eliminen los obstáculos artificiales para la evacuación de civiles y la entrega de ayuda.
La víspera, el Consejo de Seguridad de la ONU no adoptó el proyecto de resolución de Rusia tras someterlo a votación, en la que Moscú solo obtuvo el apoyo de Beijing.
En conferencia de prensa luego de las conversaciones con el jefe del CICR, Lavcrov comentó que a su país no le sorprende la unidad mostrada por los occidentales.
Según el titular Moscú conoce desde hace tiempo los principios del trabajo de sus homólogos estadounidenses y de otros países anglosajones y sabe que las amenazas, el chantaje y el retorcimiento de manos garantizan esa unidad.
“Ahora estamos preparados para el hecho de que Occidente tomó el camino de la rusofobia”, dijo.
Afirmó que a esas naciones no les gusta que al Gobierno de Kiev, al que armaron contra Rusia, al que dirigieron hacia la ideología y las prácticas neonazis durante los últimos años, tenga que responder ahora por sus crímenes.
Occidente consideraba a Ucrania como “una herramienta de la política de la rusofobia y de contención de Rusia”, dijo el ministro.
“Como tal herramienta, al régimen de Kiev se le permitió todo, incluida la matanza de civiles durante los últimos ocho años, la prohibición de la lengua rusa, la cultura, el periodismo, la exclusión de los rusos de los pueblos indígenas de Ucrania”, expresó.
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