Las declaraciones suceden tras una cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) celebrada la víspera por videoconferencia en la que ambos líderes intercambiaron criterios sobre el tema.
Para el Gobierno húngaro «lo más importante es la seguridad de su pueblo», declaró por su parte el ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó.
Ambos comentarios suceden en medio de la operación militar especial emprendida por Rusia en Ucrania con el propósito, declarado por el Kremlin, de proteger la integridad de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.
El despliegue respondió a una petición de esos gobiernos ante el incremento de ataques por parte de Kiev y grupos armados neonazis y nacionalistas de extrema derecha.
Pese a que Moscú advirtió que el operativo no está dirigido contra instalaciones civiles y que el objetivo principal es «desmilitarizar y desnazificar» a Ucrania, sobre el país euroasiático pesan hoy varios paquetes de medidas con el propósito declarado de la asfixia económica.
Entre las sanciones impuestas desde Occidente contra Moscú está el corte del suministro de gas desde Rusia, una acción igualmente rechazada por Budapest.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Grupo de los Siete (G7) también celebraron reuniones extraordinarias para analizar el curso de los acontecimientos en Ucrania.
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