Hasta hace algunas semanas la cinta dirigida por la estadounidense Sian Heder no se mostraba con las mayores posibilidades de conquistar la estatuilla otorgada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, pues solo contaba con candidaturas en tres categorías.
La gran favorita en un primer momento parecía ser El poder del perro, el wéstern de la realizadora Jane Campion que logró nominaciones en 12 apartados y tuvo muy buenos resultados en la actual temporada de premios, pero que esta noche solo alcanzó el Óscar a Mejor dirección.
CODA, por su parte, se impuso en todas las áreas en las que tuvo posibilidades, pues además de obtener el principal galardón, mereció los reconocimientos por guion adaptado y actor de reparto (Troy Kotsur).
Precisamente Kotsur y su compañera de elenco en CODA Marlee Matlin, reconocida como Mejor actriz en 1986 por su desempeño en el filme Children of a Lesser God, son las dos únicas personas sin audición que han recibido premios Óscar de ese tipo en las 94 ediciones del evento.
Uno de los principales valores que se le adjudican a la obra ganadora esta noche es, de hecho, la extraordinaria representación que realiza de la comunidad sorda, además de que se trata de un largometraje bello y emotivo, con una factura adecuada.
Sin embargo, su triunfo seguramente despertará polémicas, como ha ocurrido otras veces con las decisiones de la Academia, ya que no son pocos los críticos que no la consideran a la altura del galardón que acaba de recibir.
Varios medios especializados estiman que se trata de un filme convencional hecho para complacer al espectador, fácil de ver y de despertar emociones y simpatías, pero más centrado en sacarle lágrimas al público que en presentar una historia orgánica y con giros audaces.
Muy diferente en concepción, presentación y trama es El poder del perro, la gran derrotada de este domingo, una película que revisita el cine del oeste y explora las complejidades de la masculinidad, con personajes llenos de matices.
Antes de la ceremonia de premiación, diversos medios dedicados al séptimo arte advirtieron que la obra de Campion, mucho más generadora de criterios contrapuestos que su rival, había perdido terreno en el favoritismo.
Otros ocho largometrajes estaban también en competencia en esta categoría: Belfast, West Side Story, Drive my car, No mires arriba, Dune, El método Williams, Licorice Pizza y el Callejón de las almas perdidas, pero la mayoría de los pronósticos no daba a ninguno de ellos como posible ganador.
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