Así lo explicó en la inauguración del evento el Coordinador de Programas de Educación de la IGAD (siglas en inglés), Kebede Kassa, quien exhortó a trabajar para eliminar las carencias educativas y culturales de todos los desplazados en la región.
Debemos revisar la implementación de la Declaración de Djibouti y el Plan de Acción de Addis Abeba sobre educación para refugiados, retornados y comunidades de acogida, enfocados en todos los obstáculos que aún debemos derribar para dignificar sus vidas, enfatizó.
Aunque cambian de lugar, comentó, no son personas diferentes, son ciudadanos del continente y tienen derecho a recibir la mejor educación posible para que luego puedan reinsertarse en las sociedades.
En diciembre de 2017, la Autoridad organizó la I Conferencia en Djibouti, donde fueron aprobados una declaración y un plan de acción para desarrollar la educación para refugiados, repatriados y en las comunidades de acogida.
Según investigaciones, en la zona hay más de 14 millones de desplazados, cifra que no comprende los migrantes voluntarios pero incluye 4,2 millones de refugiados y 9,6 expulsados de sus hogares por la fuerza, la mayoría en medio de conflictos.
Etiopía, Djibouti, Kenya, Somalia, Sudán, Sudán del Sur y Uganda integran el bloque. Eritrea, suspendida dos veces y readmitida en 2018, continúa sin regularizar su membresía. Esos países ocupan unos 5,2 millones de kilómetros cuadrados.
Sucesora de la Autoridad Intergubernamental para la Sequía y el Desarrollo, la IGAD fue establecida en el año 1996 para tratar los problemas del denominado Cuerno de África, incluidos los conflictos y la estabilidad política.
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