La administración del presidente Joe Biden decidió no favorecer a Jared Kushner e Ivanka Trump en aras de tener un recuento completo de lo que pasó el 6 de enero de 2021, cuando una turba de simpatizantes del exmandatario republicano irrumpieron en la sede del legislativo.
Biden ha calificado ese como uno de los días más oscuros en la historia de nuestro país, planteó una amenaza para la democracia y debemos asegurarnos de que no vuelva a ocurrir, expresó este martes en rueda de prensa la directora de comunicaciones del gobierno, Kate Bedingfield.
El privilegio ejecutivo no debe usarse para protegerse del Congreso o de la opinión pública sobre un ataque a la Constitución, afirmó Bedingfield al informar la decisión.
Se espera que Kushner, yerno exasesor principal de Trump, comparezca esta semana ante la comisión selecta de la Cámara de Representantes que investiga los acontecimientos violentos de aquella jornada.
Los legisladores ya revelaron que también están interesados en escuchar a Ivanka Trump, a quien asesores presidenciales de aquel momento consideraron como último recurso para intentar persuadir a su padre de dirigirse a los manifestantes del Capitolio durante la insurrección para calmar los ánimos.
Una avalancha de hallazgos de la comisión investigadora de los disturbios salieron a la luz esta semana, incluidas las comunicaciones de Ginni Thomas, esposa del juez de la Corte Suprema Clarence Thomas, con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, sobre los intentos por revertir los resultados de las elecciones de 2020.
En la jornada de hoy también surgieron nuevas revelaciones sobre una brecha de siete horas en los registros de comunicaciones del exjefe del ejecutivo el 6 de enero de 2021.
Ese día centenares de seguidores de Trump irrumpieron en el Capitolio, alimentados por las falsas afirmaciones del republicano de fraude y la elección robada, para impedir que el Congreso certificara el triunfo del demócrata Joe Biden en noviembre del año anterior.
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