La iniciativa ecológica de Tokyu, lo convertirá en el primer operador de su tipo a nivel nacional capaz de reducir a cero sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Aunque los costos de la electricidad generada por fuentes verdes son elevados, la empresa precisó que no incrementará la tarifa de los trenes. En su lugar, disminuirán el consumo con la inserción de modelos de maquinarias más eficientes.
La compañía, que opera ocho líneas (unos 105 kilómetros de vías férreas) a través de Tokio y la prefectura de Kanagawa, inició en 2019 con el uso gradual de energía hidráulica y geotérmica.
Para medir el impacto de la medida cabe destacar que los gases de efecto invernadero liberados actualmente por Tokyu equivalen a la cantidad anual producida por alrededor de 56 mil hogares japoneses.
No obstante, los trenes representan el 30 por ciento de la producción de CO2 de Tokyu, gestora también de otros negocios dentro del mundo inmobiliario y hotelero.
En general, la corporación prevé reducir su CO2 al 46,2 por ciento para 2030. De esta forma, Tokyu participa de la estrategia nacional cuyo propósito es completar la descarbonización del país en 2050.
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