Blinken llegó la víspera y de inmediato fue recibido por el canciller Lamamra, preludio del encuentro que sostendría poco después con Tebboune en la última escala de su recorrido que incluyó a Israel, Cisjordania y Marruecos.
La agenda de las entrevistas en la estancia argelina incluyó la seguridad y la estabilidad regional, la cooperación comercial y la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales, según un portavoz de la delegación estadounidense.
En el capítulo comercial es obvio que apareció la provisión de gas argelino a Europa, en particular España, país con el cual Argelia está enfrentada desde que días atrás Madrid suscribió el plan marroquí de autonomía para el Sahara Occidental en detrimento de las aspiraciones de autodeterminación del Frente Polisario.
El expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) reconoció en diciembre de 2020 la soberanía de Marruecos de sobre el Sahara Occidental en un toma y daca por el restablecimiento de relaciones de Rabat con Israel, principal aliado de Washington en Levante.
La misión de Blinken es cuesta arriba ya que Argelia es el principal sostén del Frente Polisario y adversario incansable de Israel hasta el punto que su delegación logró la anulación del estatuto de observador de Tel Aviv en la Unión Africaca, concendido meses antes a instancias de Marruecos.
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