De acuerdo con la Fundación Nacional de Deportes de Tiro (NSSF, por sus siglas en inglés) aseguró que la producción de esos artefactos generó al país más de 70 mil 500 millones de dólares en el último año, en comparación con los 19 mil 100 millones de dólares registrados en el 2008.
«Nuestra industria está orgullosa de ser uno de los puntos brillantes de nuestra economía», informó la NSSF en un comunicado y agregó que “estamos comprometidos con la propiedad y el uso seguro, legal y responsable de las armas, y trabajamos a diario para detener su mal uso criminal».
No obstante, los estadounidenses están pagando un precio demasiado alto con la proliferación descontrolada de armamentos, un asunto pendiente por resolver por la administración de Joe Biden, explicó la publicación The Hill.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades advirtieron que 45 mil 222 personas murieron por lesiones relacionadas con armas de fuego en Estados Unidos en el 2020, el año más reciente del que se disponen datos.
Con 13,6 muertes por arma de fuego por cada 100 mil personas, se trata de la tasa más alta en casi tres décadas, según los registros de los CDC.
Esos números incluyen suicidios, accidentes y homicidios provocados por esos artefactos.
Un análisis del Pew Research Center descubrió que Mississippi, Luisiana, Wyoming, Missouri y Alabama fueron los que más muertes por arma de fuego per cápita tuvieron en 2020, cada uno con más de 20 incidentes por cada 100 mil habitantes.
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