Las maniobras para atraer electores son evidentes en ambos partidos mientras está en juego el control de ambas cámaras del Congreso, destacan expertos locales.
Muestra de las disputas es el proyecto de presupuesto de 10 mil millones de dólares para enfrentar la Covid-19, el cual enfrenta obstáculos en el Senado un día después de anunciarse un acuerdo bipartidista para aprobarlo.
Los republicanos pretenden condicionar la aceptación de ese paquete a una enmienda para mantener las restricciones a la inmigración previstas en el Título 42, orden puesta en vigor por el expresidente Donald Trump (2017-2021) para expulsar indocumentados durante la pandemia.
Para los legisladores del bando rojo el tema migratorio es un punto débil del presidente Joe Biden y utilizan el creciente arribo de indocumentados para desacreditar a la administración y a la fuerza política opositora.
Sin el visto bueno a los fondos adicionales para la Covid-19, el proyecto languidecería hasta después del receso de Semana Santa del Congreso y aún así no hay garantías de que sea aceptado, al tiempo que el gobierno insiste en la necesidad del dinero para adquirir vacunas, tratamientos, y pruebas.
Otro de los hechos que reflejan la intensa actividad en busca de apoyo popular es la decisión de Biden de prorrogar hasta agosto la moratoria a los pagos de préstamos estudiantiles, una medida que ayudaría tanto a los millones deudores como a los demócratas.
También la visita a la Casa Blanca del expresidente Barack Obama (2009-2017) para un evento la víspera sobre la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, conocida como Obamacare, fue interpretada como una acción con tintes electorales.
Sin embargo, en el último año, los demócratas no han podido aprobar algunas de sus prioridades, como las medidas contra el cambio climático y las leyes para garantizar el derecho al voto de todos loos ciudadanos debido a divisiones dentro del partido.
Pero, ¿podría el gobernante tomar decisiones del interés de su partido desde el ejecutivo para superar el obstruccionismo republicano en el legislativo?
La representante del ala más progresista del bando azul Alexandria Ocasio-Cortez dijo a la revista New York que si el presidente comienza a gobernar con las herramientas a su disposición están en el juego, de lo contrario están el problemas.
En marzo, el Caucus Progresista del Congreso envió a Biden una lista de 55 acciones ejecutivas que recomendaron implementar cuanto antes, incluida la cancelación de la deuda estudiantil (hasta ahora solo fue aplazado el pago hasta agosto), reducir los precios de medicamentos, entre otras.
Dada su estrecha mayoría en el Senado y el punto muerto al que se han enfrentado allí, es posible que la acción ejecutiva sea la única ruta que los demócratas tienen ahora para ciertos cambios de política.
Sin embargo, no está claro si eso será suficiente para detener a mediano plazo la caída de la popularidad del gobernante luego de que encuestas recientes indicaran alrededor del 40 por ciento de aceptación, por debajo de sus expectativas.
La mayor inflación en 40 años, a la cual no solo ha contribuido la crisis económica derivada de la pandemia, sino decisiones de la propia administración que hunden las ambiciones políticas del presidente y su tolda.
Un comentario del diario The New York Times señala que para ganar en noviembre los republicanos no necesitan esforzarse mucho, solamente deben señalar las frustraciones de los votantes con los altos precios de la gasolina y los alimentos. rgh/avr
