Durante los últimos 14 años, en Baton Rouge, Luisiana, reunimos reinas y machos reproductores de varias cepas para obtener «Pol-line», llamada así por la intención de maximizar los ingresos mediante la polinización de varios cultivos, subrayó el artículo.
Queríamos ver cómo se desempeñan los zánganos bajo las condiciones estresantes de la apicultura migratoria, contaron los autores, quienes estudiaron el proceso de transportación en camiones por todo el país, de un campo a otro a medida que cambiaban las estaciones.
El traslado frecuente –añadieron- resulta difícil para las abejas y están expuestas a más enfermedades, así como ácaros cuando se apilan juntas en lotes de almacenamiento o lugares de cultivo.
«Probablemente sea el sistema más exigente en el que puede colocar una colonia», confesó Thomas O’Shea-Wheller, biólogo evolutivo ahora en la británica Universidad de Exeter.
A partir de 2017, él y otros colegas experimentaron en Mississippi a gran escala con 173 colonias de abejas Pol-line y opusieron el comportamiento de estas al de 193 de las comerciales estándar.
Comprobaron que las primeras tenían un 30 por ciento más de probabilidades de sobrevivir a la agotadora carga de trabajo que las segundas y el conteo de los ácaros reveló la causa: mantuvieron a los parásitos bajo control.
El resultado fue espectacular, aseveró O’Shea‑Wheller, en cuyo texto remarcó junto al equipo que las colonias de abejas comerciales se hundieron y solo el nueve por ciento sobrevivió a la temporada, contra el 56 de las Pol-line.
Ello demuestra que los apicultores que desean reducir el uso de productos químicos se beneficiarían significativamente de tener abejas resistentes a los ácaros, destacó.
«Es emocionante porque demuestran una notable capacidad para resistir la infestación, hasta el punto de que pueden sobrevivir sin ser tratadas», comentó el experto.
Las Pol-line requieren más estudio antes de su alistamiento para salir al mercado, advirtieron los implicados, mientras confesaron que laboran con una empresa en Hawái para comercializar y distribuir una versión llamada Hilo Bees.
Si las abejas resistentes a los ácaros se vuelven más populares, los apicultores se beneficiarán de una especie de inmunidad colectiva, explicó Marla Spivak, criadora de abejas de la Universidad de Minnesota, Twin Cities.
“Es realmente alentador, y espero que los apicultores presten atención”, concluyó la Bióloga entomóloga, que no participó en la investigación.
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