“El presidente no ha contemplado en lo absoluto renunciar”, dijo, al insistir en la propuesta del mandatario de un entendimiento de gobernabilidad con el Congreso bajo control opositor que fracasó en dos intentos de vacarlo (destituirlo).
Hizo la declaración tras una semana en la cual una marcha de miles de personas reclamó su dimisión y terminó en violencia y disturbios, y de una segunda movilización de similar contenido.
También hubo grandes manifestaciones del movimiento sindical de rechazo a esas presiones en diversas ciudades que, sin embargo, reclamaron a Castillo cumplir sus promesas electorales de cambio y no ceder terreno a la derecha.
Salas reveló que en una sesión del Consejo de Ministros, su antecesor en la cartera de Cultura, Ángel Ildefonso, mencionó la posibilidad de la dimisión presidencial, pero Castillo y la mayoría de los titulares la desestimaron al considerar que debe prevalecer la democracia.
Añadió que el jefe de Estado fue elegido con un mandato de cinco años y recién van ocho meses y él reconoce errores y considera que se pueden enmendar.
Dijo también que la solución a la crisis no consiste en realizar nuevas elecciones presidencial y legislativa y no se debe perder la esperanza de lograr la gobernabilidad para sacar al país adelante.
Por su parte, la conservadora presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva, preguntada sobre la opción de elegir un nuevo presidente y un nuevo Congreso -a la que ha sido reacia-, recordó que el Legislativo pidió la renuncia de Castillo, a quien culpó de lo que llamó “caos y desgobierno”
Alva añadió que “aquí nadie se aferra al cargo” y si para la renuncia hay que convocar elecciones generales, que así sea.
El Congreso intentó dos veces, sin lograrlo, vacar (destituir) a Castillo y lo presionó a renunciar con marchas en su contra, que tampoco logran el objetivo.
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