El célebre edificio posee un diseño exterior único creado por el arquitecto Kisho Kurokawa a partir de un concepto de posguerra denominado metabolismo, según el cual, la ciudad es un organismo vivo cuyos espacios y funcionalidades influyen en la sociedad.
En tal sentido, los 140 apartamentos en forma de cápsulas que conforman la estructura debían reemplazarse cada 25 años, gracias a la posibilidad de desmontarlos y acoplarlos fácilmente. Sin embargo, los bloques residenciales nunca recibieron ese mantenimiento por cuestiones de presupuesto, destacó la prensa local.
La torre de 13 pisos fue inaugurada en 1972 y ganó fama mundial por su estilo transgresor frente a las leyes tradicionales de forma y función en la arquitectura. Medio siglo después desaparecerá de las postales citadinas, cuando se completen las obras a finales de este año.
Teniendo en cuenta el alto valor patrimonial, es probable que las cápsulas, una vez retiradas, se muestren en galerías de arte o se utilicen como instalaciones de alojamiento dentro y fuera del país asiático, reseñó la agencia Jiji Press.
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