A los cientos de miles de empleados públicos, de receso desde el sábado anterior, se sumaron este jueves otros miles de trabajadores de empresas privadas al descanso por Semana Santa, aprovechada en Costa Rica para ir a la playa, visitar parientes, viajar al exterior o para participar en las procesiones típicas de esta época.
Después de dos años suspendidas por la pandemia de Covid-19, este año volvieron las procesiones religiosas de la llamada Semana Mayor, por lo que el Domingo de Ramos cientos de fieles recorrieron las principales calles josefinas en la procesión de las palmas benditas desde la Iglesia de la Soledad hasta la Catedral Metropolitana.
Desde hace varios años, es notoria la poca participación en estas liturgias, lo que podría estar relacionado con la disminución de los feligreses católicos, que se calcula en un 25 por ciento en los últimos años, muchos de ellos atraídos por las denominaciones evangélicas.
Por otra parte y desde hace algunos años, los ticos aprovechan esta festividad religiosa más para vacacionar, viajar y visitar familiares que para la reflexión en torno a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, que resumen la fe cristiana.
Por otra parte, el gobierno de Costa Rica analiza desde este miércoles posibles acciones para cumplir el fallo del panel de expertos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que le recomendó modificar las medidas a la importación de aguacate Hass, proveniente de México, país que planteó el caso ante ese organismo en marzo de 2017.
El ministro de Agricultura y Ganadería Renato Alvarado adelantó que ya giró las instrucciones necesarias con el fin de preparar los ajustes necesarios en las medidas de protección fitosanitarias relativas a la importación de aguacate, con el fin de cumplir nuestras obligaciones en el marco multilateral de comercio.
La OMC publicó este miércoles el informe final del panel de expertos, el cual plantea que Costa Rica debe modificar las medidas establecidas por aspectos relacionados con el análisis de riesgo de plagas y los procesos de vigilancia y verificación de plagas, al concluir que es insuficiente la fundamentación científica de las medidas.
Asimismo, considera que las medidas en cuestión discriminan al producto importado, toda vez que establecen condiciones diferentes para el aguacate nacional, estableciéndose una restricción encubierta al comercio internacional.
Finalmente, recomienda a Costa Rica establecer medidas que sean consistentes con sus obligaciones en el marco multilateral de comercio.
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