En una sesión de la Dieta (Parlamento) Kuroda dijo que el debilitamiento significativo de la moneda nacional frente al dólar podría ser un inconveniente, en tanto aumenta la incertidumbre y dificulta el cumplimiento de los planes empresariales, aunque la caída es positiva para la economía en su conjunto.
A propósito, mencionó que la inflación derivada de un yen débil perjudica a los hogares y a las empresas importadoras de bienes, materias primas o servicios, pero también favorece a los exportadores al aumentar sus ganancias procedentes del extranjero.
En la reunión de los legisladores japoneses intervino además el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, quien calificó la situación como mala.
Subrayó que la elevada cotización de los materiales en el mercado internacional apenas se trasladó a los consumidores nipones, y a la vez, la falta de crecimiento de los salarios afecta la demanda.
El yen japonés bajó de 115 a 127 niveles respecto al dólar en casi un mes y medio, declive que responde en buena medida a las sanciones económicas impuestas a Rusia por su operación militar especial en Ucrania, las cuales desestabilizaron los mercados energéticos y de alimentos, entre otros importantes de los cuales depende Japón.
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