En comparecencia ante la cámara de consejeros de la Dieta (Parlamento), Suzuki destacó que incluso si la depreciación de la moneda nacional tiene aspectos positivos, también encarecerá las importaciones en medio del contexto actual marcado por la elevada cotización del petróleo y otras materias primas importantes.
Esta situación supondrá una desventaja para los consumidores japoneses y las empresas que no puedan trasladar los precios de costo a la venta de sus productos, precisó.
“Se necesita una comunicación estrecha con las autoridades cambiarias como las de Estados Unidos”, enfatizó el titular de la cartera, quien participará en una reunión de jefes de finanzas del Grupo de las 20 principales economías del mundo, planificada para mañana en Washington.
A propósito, Suzuki prevé un encuentro bilateral con la secretaria del Tesoro de la nación norteamericana, Janet Yellen, para discutir la posible coordinación de políticas en el mercado de divisas, reseñó la agencia Kyodo.
El declive del yen hasta marcar su peor registro histórico en dos décadas, responde a una ampliación de los diferenciales de tasas de interés entre Estados Unidos y Japón. Este desbalance se produjo luego de que los occidentales apresuraran el endurecimiento de su política monetaria para contener la inflación.
La víspera, el Banco de Japón (BOJ) advirtió sobre el impacto de la rápida depreciación del yen en la frágil recuperación económica del país.
El gobernador del organismo financiero, Haruhiko Kuroda, dijo a los legisladores japoneses que la debilidad del yen podría ser un inconveniente, en tanto aumenta la incertidumbre y dificulta el cumplimiento de los planes empresariales.
Sin embargo, a diferencia de la contraparte estadounidense, es poco probable que el BOJ cambie su política monetaria, sostuvo.
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