La idea es aliviar el pago a los prestatarios y servidores públicos de bajos ingresos, según dijo el secretario de Educación, Miguel Cardona, en un comunicado.
La medida se suma a otras adoptadas por la administración del presidente Joe Biden, incluida una prórroga en el cobro de ese tipo de préstamos hasta hasta el próximo 31 de agosto, con vistas a ganar popularidad cuando faltan pocos meses para los comicios de medio término de noviembre.
Sin embargo, esas acciones no cumplen las expectativas del ala progresista del Partido Demócrata, que insta al mandatario a una condonación integral de las deudas estudiantiles.
En su campaña presidencial de 2020, Biden pidió cancelar 10 mil dólares a cada prestatario, pero desde su elección la Casa Blanca manifiesta que es el Congreso quien debe decidir cómo aliviar la carga de los endeudados.
Este martes, la secretaria de prensa de la presidencia, Jen Psaki, reiteró que el presidente prefería perdonar a quienes están en número rojos mediante la legislación porque “los proyectos de ley son más permanentes”.
La deuda de préstamos estudiantiles agobia a los jóvenes profesionales durante años después de graduarse y actualmente cerca de 40 millones de estadounidenses deben aproximadamente mil 750 billones de dólares.
Según analistas, Biden busca mejorar sus índices de popularidad con ese tipo de medidas debido a que otras de sus prioridades legislativas, como el programa Reconstruir Mejor (Build Back Better) y la ley sobre el derecho al voto, siguen estancadas en el Congreso y la inflación aumenta en el país.
Algunos miembros de la fuerza demócrata argumentan que reanudar los pagos antes de las elecciones de mitad de mandato podría suponer un coste político para el partido en su intento de defender sus escasas mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado.
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