De acuerdo con el organismo, el temblor inferior a cinco en la medición de intensidad sísmica japonesa ocurrió a las 08:16, hora local, y el epicentro tuvo lugar en la ciudad de Nakadori, a unos 93 kilómetros de profundidad.
La sacudida fue perceptible en otras partes del noreste del país, donde las autoridades locales tampoco notificaron afectaciones severas.
No obstante, el gobierno estableció una oficina de enlace de información en el Centro de Gestión de Crisis de la Oficina del Primer Ministro para evaluar los daños. Así lo informó en conferencia de prensa el secretario jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno.
Poco después del movimiento telúrico, el aeropuerto de Ibaraki anunció que mantendría los vuelos programados para la jornada, pues las pistas, los edificios de la terminal y otras instalaciones se encontraban en perfecto estado.
La Compañía Eléctrica de Tokio también aseguró que no hay anomalías en ninguna de las plantas nucleares de Fukushima, pues las dosis de radiación en las áreas circundantes permanecen invariables. Lo mismo para la central de Tokai 2, en Ibaraki, según la Agencia Japonesa de Energía Atómica.
El transporte ferroviario sigue operativo en las zonas golpeadas por el terremoto, aunque se paralizaron durante 10 minutos los servicios del tren bala Tohoku Shinkansen hasta confirmar su seguridad.
Desde el poderoso terremoto del pasado 16 de marzo, la actividad sísmica persiste activa en buena parte del territorio nacional, por lo cual la AMJ y el gobierno pidieron el apoyo de la población para prevenir consecuencias lamentables ante posibles eventos de mayor escala en el futuro.
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