El plan de la administración del presidente Joe Biden se centra en aumentar el tratamiento de las adicciones, un mayor acceso a la naloxona (fármaco para combatir las sobredosis) y acciones más severas contra el narcotráfico.
Rahul Gupta, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, señaló que para implementar esa estrategia Biden pedirá al Congreso la aprobación de tres mil millones de dólares lo antes posible.
De esa cantidad, según Gupta, 300 millones serían para la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Administración de Control de Drogas (DEA), lo que en su opinión ayudaría a interrumpir el tránsito de sustancias ilícitas a través de la frontera.
Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que en 2021 hubo más de 106 mil fallecimientos en esta nación como consecuencia del abuso de sustancias ilícitas, principalmente opioides sintéticos como el fentanilo, metanfetamina y cocaína.
Medios estadounidenses reconocen el fracaso de las diferentes iniciativas contra las drogas de las sucesivas administraciones, mientras prospera el comercio de estupefacientes, el consumo entre personas de todas las edades y, por tanto, las muertes y los trastornos de salud asociados a ellas.
Expertos apuntan que si bien a lo interno es una derrota para Estados Unidos, en cuanto a política exterior sí podría considerarse efectiva, porque con esa excusa Washington ha logrado inmiscuirse en los asuntos internos de otras naciones.
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