El experto, que desde este mes ocupa el cargo por segunda vez, se refirió así a las facultades de explorar y explotar petróleo y derivados, que tenía ante de la política de privatizaciones de la década de los años 90 del siglo pasado.
En un diálogo con la prensa extranjera sobre la nueva refinería que se ha convertido en símbolo del resurgimiento de Petroperú, Campodónico hizo notar que las empresas estatales de la región operan en la exploración, explotación, refinación y comercialización, inclusive fuera de sus territorios.
Señaló que Petroperú comenzó a recuperar la actividad de exploración, que había perdido hace 26 años, al serle otorgado un Lote en Talara, provincia del norte de la costa peruana donde fue construida la refinería del mismo nombre, que comenzará a operar dentro de aproximadamente seis meses.
Además, recibió el Lote amazónico 192, para explotarlo junto a la transnacional canadiense Altamesa como socia mayoritaria, contrato que está en proceso de revisión.
Campodónico se refirió al tema al exhortar al alineamiento de las políticas del Estado peruano en la materia, frente a un proyecto de ley en proceso en el Parlamento para extender por otros 10 años las concesiones a empresas extranjeras.
Señaló que Petroperú, como corresponde, acata lo que decida un poder del Estado como el Legislativo, pero Campodónico, a título personal, señaló que deben alinearse las políticas del Estado sobre los hidrocarburos.
Explicó que si el Estado ha hecho una gran inversión en construir una refinería moderna en Talara, debe también tener en cuenta que la nueva instalación necesita crudo para refinar y si lo adquiere a precios del mercado internacional, su rentabilidad será menor que si se abastece con la producción de lotes en cuya propiedad participa Petroperú.
Entretanto, la refinería de Talara que tendrá una capacidad de procesamiento de 95 mil barriles, se abastecerá de crudo principalmente de Ecuador, por la cercanía geográfica.
Campodónico informó de otro lado que la inversión, hecha con financiamiento externo y por cuenta de la empresa estatal, tiene un costo reportado por el anterior directorio de la empresa, de cinco mil 083 millones de dólares, a lo que debe agregarse recientes montos adicionales.
La planta se encuentra en una fase de arranque gradual y progresivo, a cargo de los contratistas internacionales que la construyeron y equiparon, y Petroperú la recibirá y comenzará a producir combustibles de alta calidad y mínima contaminación y de menores costos, lo que favorecerá a los consumidores nacionales.
El presidente de la empresa estatal descartó comentarios (de corte neoliberal) que insisten en sostener que la instalación es una especie de elefante blanco porque el mundo se encamina al tránsito de los combustibles fósiles a nuevas fuentes de energía limpia.
El presidente de Petroperú explicó que ese tránsito no significa que en 20 años dejará de consumir petróleo y gas, pues un estudio de Naciones Unidas prevé que la producción del uso de combustibles fósiles seguirá creciendo, pese a que estos serán paulatinamente reemplazados por energías renovables.
Citó un estudio internacional que determinó que en Perú la tasa anual de crecimiento del consumo de hidrocarburos hasta el año 2050 será de 1,6 por ciento anual, si bien el país seguirá promoviendo el consumo de energía alternativa.
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