A partir de una enmienda legal que el Parlamento tendrá que aprobar en mayo, el Estado podrá poner a las empresas energéticas bajo administración fiduciaria en caso de que la seguridad energética se vea amenazada.
La decisión forma parte del plan puesto en marcha en marzo por las autoridades alemanas para gestionar los suministros energéticos y reducir la dependencia de las importaciones rusas, en medio de las tensiones por el conflicto de Rusia y Ucrania, y las sanciones desde Occidente hacia el gigante euroasiático.
Es apenas un primer paso de una estrategia en tres fases, que podría incluir el racionamiento energético, con prioridad para los hogares e infraestructuras esenciales, como los hospitales.
En un contexto marcado por precios altos, incertidumbre elevada y riesgos a la vista, la nación debe prepararse para que la situación empeore, dijo el ministro de Economía, Robert Habeck, en un comunicado divulgado este lunes.
El gobierno ya adoptó la estrategia de confiscación con Gazprom Germania, una empresa de comercio, almacenamiento y transmisión abandonada por el consorcio ruso Gazprom.
Según la Oficina Federal de Estadística, Alemania tiene actualmente uno de los precios de combustible más altos de la Unión Europea.
A principios de abril, el gasóleo alcanzó más de 2,06 euros (2,24 dólares) por litro, notificó el organismo.
oda/att