Aoun dedicó sesiones de trabajo gubernamental a abordar la crisis financiera como punto de partida para el rescate gradual del país y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
El jefe de Estado denunció la manipulación en los temas económicos y el tipo de cambio de la libra libanesa frente al dólar, que incide negativamente en los ciudadanos.
Resaltó la activación del diálogo con las fuerzas pertinentes para reducir la situación de inestabilidad y fortalecer temas de legislación que ayuden a aliviar las problemáticas económicas-sociales de la nación de los cedros.
El gobernante libanés dio instrucciones a las fuerzas de seguridad de desempeñar su papel y limitar las violaciones y ataques en el territorio nacional.
Insistió en la necesidad de una solución internacional a los 1,5 millones de ciudadanos sirios que viven en el país, desplazados de sus tierras desde 2011.
De acuerdo con cifras del Banco Mundial, ocho de cada 10 libaneses cayeron por debajo del umbral de la pobreza en los últimos dos años y la crisis impacta en los costos del combustible, las medicinas y otros artículos básicos.
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