Como dicta la tradición, los japoneses aprovechan estos días feriados para viajar, pero el estallido de la pandemia obligó por un tiempo a limitar los movimientos entre ciudades y fuera del país con el objetivo de controlar los contagios.
En el primer día de la semana festiva, que se extenderá hasta el 8 de mayo, las estaciones ferroviarias y los aeropuertos de toda la nación asiática notificaron una gran afluencia de pasajeros, aunque todavía por debajo de los estándares previos a la crisis sanitaria.
En tal sentido, las reservas de trenes bala shinkansen aumentaron entre un 56 y un 284 por ciento respecto al año anterior, mientras que las aerolíneas vendieron 1,7 y 4,7 veces más asientos en vuelos domésticos e internacionales respectivamente, reseñó la prensa local.
Según el Centro de Información de Tráfico Vial de Japón, a partir de las 11:00, hora local, ha habido congestionamiento en varios kilómetros de las principales autopistas, debido al incremento de la movilidad por carretera a propósito de las jornadas festivas.
Las grandes, pequeñas y medianas empresas japonesas dentro de la hostelería y el turismo celebran sobremanera esta fecha, en tanto representa una oportunidad para recuperarse del fuerte impacto de la Covid-19 y las medidas de emergencia.
Durante la semana dorada, los habitantes del país del Sol naciente festejan el Día de Showa (29 de abril) dedicado a la rápida recuperación japonesa de posguerra, el Día de la Constitución o Kenpo Kinenbi (3 de mayo), Día Verde o del Medio Ambiente (4 de mayo) y el de los niños (5 de mayo).
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