Además de ayudar en la polinización de las plantas son dispersoras de semillas, con lo cual ayudan a extender diferentes conjuntos de organismos, tanto animales como vegetales.
Las carroñeras, por ejemplo, contribuyen con la sanidad de los hábitats al aprovechar los restos de otros seres vivos, mientras las rapaces devienen un control biológico contra poblaciones que pudieran representar una plaga como los roedores.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se estima la existencia de 11 mil de especies de aves y los peligros que se ciernen sobre ellas son muchos y muy serios.
Un estudio publicado recientemente en la revista Annual Review of Environment and Resources reveló que aproximadamente el 48 por ciento del total están experimentando una disminución de sus poblaciones.
Los hallazgos refrendaron los resultados de una investigación ejecutada en 2019, cuando se determinaron en casi tres mil millones las reproductoras desaparecidas durante los últimos 50 años en Estados Unidos y Canadá.
«La diversidad de aves alcanza su punto máximo a nivel mundial en los trópicos y es allí donde también encontramos la mayor cantidad de especies amenazadas», declaró el autor principal de la indagación Alexander Lees, profesor titular de la Universidad Metropolitana de Manchester en el Reino Unido.
Al cambio climático se le atribuye parte de la responsabilidad en relación al decrecimiento de la biodiversidad aviar, así como a la degradación de los hábitats naturales y la sobreexplotación directa de muchos especímenes.
El comercio ilegal, la cacería y el saqueo de nidos son otros de los factores que las ubican al borde de la desaparición.
La UICN determinó que el 13 por ciento de las aves están en peligro de extinción e ilustró con ejemplares tales como el cóndor andino, el pingüino de Magallanes y el guacamayo rojo.
Asimismo, de acuerdo con informaciones divulgadas por el Consejo Internacional para la Protección de las Aves, más de un millar de variedades enfrentan amenazas.
La familia que cuenta con mayor cantidad especies vulnerables (más de 70) es la de los psitácidos, o loros.
Cada 9 de mayo se conmemora en todo el mundo una jornada que tiene como propósito generar conciencia acerca del cuidado y conservación de las aves y sus entornos naturales.
El cambio, sin embargo, empieza por el convencimiento de que su papel va más allá de la ornamentación e influye de manera decisiva en la salud y el bienestar humanos.
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