Durante un encuentro con el primer ministro, Najib Miqati, la delegación insistió en separar el tema político de lo humanitario y avanzar en las investigaciones.
El grupo de familiares colocó en la agenda lo referido a la demolición de los grandes silos del puerto y las obstrucciones judiciales presentes en las indagaciones.
William Noun, a nombre de la delegación llamó a la opinión pública a solidarizarse con la causa de las familias afectadas y reclamar al poder judicial una investigación transparente y de apego a la ley.
Por su parte, Hiyam Yassin al-Beqaa, quien perdió a su hijo en la explosión expresó la posición de rechazo contra cualquiera que obstruya las averiguaciones, pues “la sangre de mi hijo no se desperdiciará, y quiero su derecho”.
El 4 de agosto de 2020 una explosión de enormes proporciones acentúo la peor crisis económica y financiera de Líbano, como consecuencia de la ignición de dos mil 375 toneladas de nitrato de amonio que estuvieron mal almacenadas en el puerto beirutí durante más de seis años.
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