El sitio indica que, en un informe técnico, el TSE señala errores de cálculo en el documento enviado por los militares para cuestionar la seguridad de las urnas.
Precisa que varias de las medidas señaladas como necesarias para aumentar la integridad de las justas comiciales están adoptadas.
En un apartado del documento enviado al TSE, por ejemplo, el Ministerio de Defensa solicita que se realicen dos pruebas de seguridad pública en los receptáculos de votos utilizados en el sufragio.
Según la demanda, el día de la votación (2 de octubre) se debe realizar un examen estadual y otro federal.
No obstante, la Justicia Electoral señaló que las urnas para designar a los candidatos en los estados, para cargos como gobernador, senador y diputado federal, son las mismas que se utilizan para elegir al presidente de la República.
«El funcionamiento de las urnas electrónicas es homogéneo en las UF (unidades de la federación) y la prueba de integridad se realiza con la votación en todos los puestos de forma simultánea», argumenta la corte.
Insiste en que no tendría sentido ejecutar dos procedimientos, uno para el ámbito estadual y otro para el federal. «Entendemos que un único plan de muestreo es suficiente para verificar ambos escenarios», remarca.
La cartera de Defensa asevera, en una de las preguntas, que el programa definido permite un nivel de confianza medio del 66 por ciento, considerando uno de garantía limitado por el reducido tamaño de la muestra por parte del Gobierno federal.
Al respecto, el TSE aclara que la acusación de baja confianza no es cierta y se debe a un error de cálculo de los datos enviados por el representante de las Fuerzas Armadas.
Para la instancia jurídica, al analizar el sistema electivo no se tuvieron en cuenta los distintos niveles de seguridad para evitar el fraude, ni la celebración de elecciones democráticas en Brasil durante 20 años sin indicios de estafa.
El tribunal electoral subraya que el cálculo para señalar el riesgo de irregularidad tomó en consideración todo el universo de 577 mil 125 urnas reservadas para las próximas votaciones y hay una parte guardada para posibles problemas técnicos en los equipos.
Una encuesta del Instituto Datafolha publicada el 25 de abril mostró que el 82 por ciento de la población brasileña confía en el sistema de votación y en las urnas electrónicas.
Hasta la fecha, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera todas las encuestas rumbo al referendo, en el que pretenderá reelegirse el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien cuestiona el sistema electoral desde que abrazó el poder en enero de 2019.
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