El submarino pertenece a la empresa privada Nippon Salvage, contratada por la Guardia Costera de Japón para realizar una exploración más exhaustiva dentro del naufragio y sus áreas circundantes.
Hasta la fecha, el vehículo por control remoto no ha podido revelar nuevas pistas sobre el paradero de las 12 personas desaparecidas desde el 23 de abril, cuando el Kazu 1 sufrió un accidente cerca de las cataratas de Kashuni, comunicaron las autoridades niponas.
Nippon Salvage contribuirá además a recopilar información para diseñar el plan de extracción del casco.
Otro buque de salvamento partió este martes del puerto de Moji, en la prefectura de Fukuoka, hacia el lugar del hundimiento.
Este transporte trae consigo a un equipo de profesionales especializados en buceo de saturación, una técnica compleja y de alto riesgos que permite a los buzos operar en zonas muy profundas durante un tiempo más largo.
Por otro lado, la Guardia Costera y la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón continúan el patrullaje sobre las aguas alrededor de la península y cerca de la isla Kunashiri (bajo soberanía rusa) con la esperanza de encontrar cuerpos a la deriva.
A raíz del desastre marítimo, en el cual murieron 14 pasajeros y otros 12 siguen desaparecidos, el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo activó su Comité de Revisión de Contramedidas de Accidentes para definir estrategias preventivas en función de las características de la vistosa región de Hokkaido, al extremo norte del país.
A propósito, uno de los próximos pasos será reforzar el control de los equipos de comunicación de los barcos turísticos, adelantó la cartera gubernamental.
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