A pesar de la intención de impedir que la máxima instancia judicial anule el histórico fallo conocido como Roe vs Wade, de 1973, como indicó un reciente mensaje filtrado, se espera que la iniciativa demócrata fracase por la oposición republicana generalizada a la medida.
La Cámara Alta se pronunciará sobre una versión de la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, la cual codificaría el derecho a acceder al aborto en la ley federal y garantizaría a los proveedores de atención médica realizar ese procedimiento dentro del marco legal.
Una versión de esa iniciativa aprobada por la Cámara Baja no logró avanzar en el Senado a principios de este año por el rechazo de los legisladores de la fuerza identificada con el color rojo.
El hecho de que el proyecto de ley no avance subraya cómo el partido del presidente Joe Biden está severamente limitado en lo que puede lograr con su estrecha mayoría en el Senado, incluso cuando enfrenta una enorme presión para preservar derechos civiles, apuntó la cadena CNN.
Someter a votación el tema del aborto no solo reflejaría las divisiones entre políticos de ambos partidos, sino que también expondría las diferencias internas entre los demócratas, pues el senador Joe Manchin se ha descrito anteriormente a sí mismo como «provida y orgulloso de ello».
Otro elemento que indica las escasas posibilidades del proyecto a favor de la interrupción de embarazos está dado porque las senadoras Susan Collins y Lisa Murkowski, raros casos de republicanas a favor del aborto, introdujeron su propia legislación sobre el asunto.
La divulgación de un borrador de opinión filtrado al diario Politico, que revela la decisión de la Corte Suprema de anular el derecho federal al aborto, causó un terremoto político en Estados Unidos.
Congresistas de ambos bandos esperan que el fallo del Supremo al respecto, el cual probablemente se concrete cuando termine el mandato del tribunal en junio, pueda dar un vuelco a los debates de cara a las elecciones de mitad de mandato y parcialice a los votantes.
Durante el pasado fin de semana en varias ciudades estadounidenses hubo manifestaciones para reclamar la legalidad de la interrupción del embarazo y para exigir respeto a los derechos relativos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
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