«Bolsonaro habla de golpe todos los días. Verá un golpe. Sufrirá un golpe popular el 2 de octubre», pronosticó el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) en el municipio Juiz de Fora, estado de Minas Gerais (sudeste), en el último día de su recorrido por esa división territorial.
Lula insistió que, ante las urnas, «el pueblo dará un golpe a su autoritarismo y restaurará la democracia. Un golpe democrático y popular, sin fusiles, sin ametralladoras».
Denunció el fascismo del exmilitar, quien en los últimos tiempos reforzó su campaña antidemocrática y contra el proceso electoral.
En tal sentido, el exdirigente obrero defendió el sistema electivo brasileño.
«Confío en las urnas electrónicas, porque si pudieran robar, un tornero (como él) no habría sido presidente de la República dos veces, y el PT no sería el segundo partido en 1989, en 1994, en 1998, el primero en 2002, 2006, 2014, y el segundo en 2018. Volveremos a ser los primeros en 2022», vaticinó.
Si vuelvo a la presidencia, advirtió, «haré más de lo que hice. Haremos en cuatro años lo que la gente pensaba solo posible en 10, 15 o 20 años».
El líder petista hizo alusión al expresidente Juscelino Kubitschek (1956-1961) cuando solía manifestar: «Haré 50 en cinco. Diré: Voy a hacer 40 en cuatro», reforzó.
Durante su discurso, Lula también denunció las privatizaciones de empresas públicas brasileñas.
«Quiero aprovechar el humanismo que reina en esta sala, el calor democrático de esta sala, y decir al gobierno y a los empresarios: dejad de privatizar las empresas públicas», instó.
Aseguró que su partido pretende revertir las privatizaciones y «quien intente comprar Petrobras (empresa petrolera estatal de economía mixta), tendrá que hablar con nosotros después de las elecciones».
En Juiz do Fora, el precandidato presidencial del PT dio punto final a su gira electoral de tres días que incluyó visitas a Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, y a la ciudad Coragem, donde ayer declaró que, para gobernar el país, es necesario pensar en el pueblo trabajador.
Repitió algo dicho el sábado durante la presentación del movimiento Vamos Juntos por Brasil: «gobernar solo es posible si se pone el corazón en ello… No se trata de contabilidad, de mirar las cifras de ingresos y gastos. De hecho, tenemos una deuda social con 215 millones de brasileños que necesitan vivir con dignidad», apostilló.
La coalición Vamos…reúne a siete partidos junto a movimientos sindicales y sociales, todos con una causa común: derrotar en el sufragio a Bolsonaro, quien pretende reelegirse.
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