El flujo de capital hacia el país asiático fue de unos 12,64 billones de yenes (casi 98 mil millones de dólares) durante el periodo analizado y su reducción respondió al incremento de los precios en el mercado energético, precisó el organismo.
Las cifras confirman por cuarto año consecutivo la tendencia a la baja en el ahorro neto de la tercera economía del mundo respecto al resto de las naciones.
Además, el ritmo de la contracción en 2021 fue el más rápido desde 2013, puntualizó el informe oficial.
El incremento de las importaciones niponas (35 por ciento) deviene la principal causa de la caída del superávit.
De acuerdo con datos del gobierno, las compras de petróleo crudo y carbón se duplicaron, mientras las de gas natural licuado se expandieron en 58,8 por ciento.
Además de la elevada cotización de los hidrocarburos, Japón paga precios inflados para obtenerlos, debido a la devaluación de su moneda nacional.
Por otro lado, las exportaciones valoradas en 85,5 billones de yenes (664 billones de dólares) aumentaron un 25,1 por ciento, pero no superaron los 87,15 billones de yenes (678 billones de dólares) de las adquisiciones de productos foráneos.
Eso provocó un déficit comercial de mil 650 billones de yenes (13 billones de dólares) en los 12 meses fiscalizados.
El superávit en cuenta corriente de un país muestra el saldo positivo de las transacciones de bienes, servicios e inversiones con el extranjero.
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